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Mi testamento filosófico. Jean Guittón

Mi testamento filosófico. Jean Guittón

Hace un mes regalé este ensayo a Toño por su cumpleaños. Como tiene pendiente los Hermanos Karamazov, "le he cogido prestado este librito", que me está costando leer. La culpa no la tiene él, me refiero al libro, sino a mi propia limitación. Hacía tiempo que no cogía un ensayo con tanta densidad filosófica. Probablemente, si lo hubiera leído en otro momento me habría resultado más sencillo.

A través de sus páginas, este genial pensador imagina su muerte, su funeral y su juicio. En este recorrido, le visitarán grandes personajes de la filosofía, política, santos y Papas, entre otros ...

Recojo un trozo de la conversación con Sócrates, que se encuentra en el Purgatorio hasta el fin del mundo:

"- Sócrates!¡Qué sorpresa!

-¿Le sorprende mi presencia?

- Desde hace tres días nada me sorprende. Pero he de decirle que a pesar de todo no esperaba verle.

-¿Y por qué?

-¡El príncipe de los filósofos!... Ya demás es que...

-¿ Me creía Usted en el infierno tal vez?

-Que quiere que le diga, un pagano...

Desengáñese, aún sigo en el Purgatorio.

-¿Todavía?¿Desde que bebió la cicuta?

-Desde el 399 antes de Cristo.

-¡Es espantoso!¿Y hasta cuándo se quedará allí?

-Hasta el fin del mundo, a menos que un folósofo santo llegue al Paraíso interceda por mí delante del rostro de Dios.

-Ya veremos, ya veremos. ¿Pero cuáles son los pecados que pueden exigir una purificación tan larga?

-Tres motivos: primero, orgullo intenlectual; segundo, falta de espíritu de paternidad; tercero, ironía cruel.

-¿Era usted así?. ¡Pero si ni mis colegas ni yo mismo hemos enseñado nunca nada de eso en la Sorbona!

-¿Es una referencia?

-¡Es inaudito! [...]

-¿Cuál es ese orgullo Sócrates?

-[...]Creerse Dios

- Exactamente, no como los locos, claro está, sino como los filósofos, que no es lo mismo. Desarrólleme este concepto.

-Imaginar que nuestra mente fabrica la verdad en lugar de ajustarse a la realidad. Imaginar que podemos decretar el bien y el mal. No querer pensar más que por uno mismo, no confiar nunca en nadie y no querer depender de nada.

-Este es el orgullo que impide a todo el mundo tener fe. Su juicio es excelente. Pero me pregunto si ha dicho esto tan nítidamente en sus libros cuando estaba usted en la tierra. Podría haber hecho disminuir la tirada y rechinar a la crítica. [...]"

 

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