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wasatiya... moderación, camino medio

La historia al revés: de víctimas los transgresores de la ley (más Cataluña)

 

 

Voy a seguir escribiendo, con esta van tres las cartas que escribo a diferentes medios, con la confianza de que, en algún momento, las publiquen.

Resulta que los “malos” ahora son  los que cumplen la ley y, además, tienen el deber de hacerla cumplir, y los buenos, son los que se las  saltan  por el arco del triunfo. Ver para creer.  ¿Y cómo le explico yo esto a mis alumnos de Educación para la Ciudadanía?.  A   ver si me aclaro porque de un tiempo a esta parte estoy un poco perdida con el modus vivendi de este País: resulta que es más que justificado que un grupo de personas, “en nombre del pueblo” eso sí, decidan un buen día saltarse las normas de convivencia a la torera; no sólo está justificado, es que eso, precisamente eso, es democracia, pero de la buena, oiga,  y lo demás es represión, o yo que sé qué. Las fuerzas de seguridad deben ser hoy en día Hermanitas de la Caridad, porque si unos señores, o miles de ellos, van a hacer algo que resulta ilegal, para impedirlo, siguiendo un mandato judicial, no pueden usar sus armas ; pues lo que digo, que no me había enterado yo que la Guardia Civil y la Policía nacional se habían convertido, en el País de Alicia, en Hermanitas de la Caridad, y, ante la insumisión contumaz y persistente,  acompañada de todo tipo de insultos y escupitajos, del más puro odio, deben poner la otra mejilla, mirar para otro lado, y laisser faire.  Entonces los  “malos”, pero que ahora son los buenos, las víctimas, van a pedir responsabilidades a los buenos, que han pasado a ser los malos. ¿Vosotros os aclaráis, hijos míos?.  Seguro que mis alumnos de 3º de la ESO son más espabilados que yo y lo han “pillado” a la primera…;  y ahora  a ver con qué cara les digo yo a estos chicos  que la Ley hay que cumplirla porque es nuestro marco de convivencia… Que se lo expliquen las “víctimas del 1-O”, que seguro que lo hacen mejor…¡Qué vergüenza, Irene Montero!, ¡Qué vergüenza!, ¡Qué vergüenza Ada Colau!

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